Chile podría ser la Arabia Saudí de las energías renovables marinas

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Chile encabeza la eólica, la termosolar y la energía solar fotovoltaica en el Cono Sur, y empieza a desarrollar las energías renovables marinas.

Los más de 4 mil kilómetros de costa y un potencial teórico de generación eléctrica de 240 GW, son suficientes para despertar el interés, la innovación y el emprendimiento en torno a las energías marinas en Chile. La recién constituida asociación gremial de empresas de este rubro, considera que nuestro país puede transformarse en el Arabia Saudita de las energías marinas si es que se comienza a trabajar desde hoy mismo.

La Asociación Gremial de Energías Marinas (ADEMAR) se constituyó formalmente este 30 de julio con un mensaje claro: la energía generada por los océanos, puede significar soluciones de alta competitividad en territorios aislados del país como Isla de Pascua o Juan Fernández, así como en faenas productivas como la salmonicultura, que hoy deben generar su energía sobre la base de combustibles fósiles caros y altamente contaminantes.

Así lo detalló Paul Griffin, presidente de ADEMAR, en la ceremonia de constitución de la asociación, quien destacó que si se trabaja en procesos tempranos de innovación y desarrollo, puede haber en la próxima década una “explosión” en torno a las energías marinas, en especial si se trata de entregar soluciones aisladas en áreas como la industria de los salmones, territorios insulares, puertos o caletas de pescadores.

Griffin destacó el plan de acción de ADEMAR, señalando que la idea de la agrupación es posicionar a Chile en materia de gestión de información en energía marina, fortalecer la cadena de suministros en esta industria y potenciar los procesos de I+D+i con un fuerte componente local. “Podemos estar en la punta de las energías marinas si empezamos hoy”, aseveró el presidente de ADEMAR.

Coincidentemente con esa visión, la Directora del centro para la innovación y Fomento de las Energías Sustentables (CIFES), Daniela Álvarez, agregó que efectivamente las energías marinas pueden ser una solución competitiva y con un fuerte componente de innovación, para entregar abastecimiento energético en territorios o sectores productivos en donde hoy se debe recurrir al diésel como única opción.

“Si como dice ADEMAR, Arabia Saudita es hoy clave para el comercio del petróleo, Chile efectivamente tiene enormes opciones de ser un símil en fuentes de energía sustentable, particularmente en lo que se refiera a energía solar y marina”, añadió Álvarez.

ADEMAR

La Asociación Gremial de Energías Marinas buscó ser un referente no monofocal en torno a esta tecnología, explican en ADEMAR. Reúne a un grupo heterogéneo de empresas, desde compañías de desarrollo de ingeniería, maestranzas, e incluso empresas de evaluación de impacto ambiental y de evaluación de recursos.

Una de las tareas de la agrupación será abordar los desafíos de barreras de financiamiento y gestión tecnológica en torno a las marinas, de modo de que este tipo de fuente sustentable se convierta en una alternativa real, más aún a la luz del trabajo del Centro de Excelencia marina que comenzó a trabajar este año gracias a los recursos destinados por el Gobierno a través del Ministerio de Energía y CORFO.

Según explicó Tomás Baeza, analista del CIFES, “efectivamente, los costos asociados de las energías marinas hoy son altísimos si los comparamos con los que se pagan en la matriz conectada, pero si hablamos de islas o territorio remotos, puertos, caletas de pescadores o agua para la minería, entonces la innovación sí que vale la inversión”.

El experto añadió que si pudiéramos captar apenas el 5 % de la energía marina potencial de las costas chilenas, se obtendría prácticamente la capacidad instalada de todo el SIC. De ahí la clave –sostuvo Baeza- “está en apoyar el desarrollo y gestiones de los Centros de Excelencia o agrupaciones como ADEMAR, ya que eso va de la mano con el trabajo que estamos realizando desde el CIFES para sumar fuentes energéticas que resuelvan los desafíos entorno a la democratización de la energía, falta de abastecimiento, altos costos o contaminación”.

Fuente: Revista Eólica

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