La segunda unidad del complejo ubicado en Coronel fue puesta en servicio en 2012 y, contando 40 años de operación, debería apagarse hacia 2052.
Aunque en noviembre pasado, en Londres, el CEO de Enel, Francesco Starace, aseguró enfático que en el marco del plan de descarbonización que lleva adelante la eléctrica la central Bocamina II sería la última en ser apagada, lo cierto es que ahora ese hito podría llegar antes. Bastante antes.
Esto, a la luz de las declaraciones que hace unos días le dio el ejecutivo a un medio italiano, donde aseguró que razones de costos y el interés por adelantar el cumplimiento de las metas del acuerdo de París contra el cambio climático, permitirían a la estatal llegar en 2035 a la meta de erradicar al carbón de su mix de generación.
Aunque cercanos a la firma comentan que los dichos del timonel de la compañía responden más bien a un espíritu general, pues hasta ahora no se ha realizado una revisión a fondo de la situación de este tipo de activos en los distintos países donde la firma tiene presencia, incluido Chile, si finalmente la decisión que se adopte apunta a concretar el cierre de las unidades que usan carbón como combustible, implicaría bajarle la cortina a la segunda unidad de Bocamina cuando ésta recién haya completado la mitad de su vida útil teórica de operación, pues a 2035 tendría 23 años en marcha, teniendo como horizonte inicial de cierre el año 2052.
Parque térmico
Más allá de la situación puntual de Enel Generación Chile y sus activos en base a carbón (la primera unidad de Bocamina cumplió su vida útil teórica en 2010), en el último tiempo a nivel local han surgido voces que llaman a visibilizar el tema de la antigüedad del parque término a carbón y la necesidad de anticipar y ordenar el cierre de este tipo de unidades.
Esto último enfrenta varias dimensiones, dijo recientemente el presidente de la Asociación Chilena de Energías Renovables (Acera), José Ignacio Escobar, quien planteó que este proceso obliga incluso a revisar la Ley Eléctrica, la que dijo, fue pensada para energías que pronto dejarán de ser las predominantes en el sistema. Este proceso obligará incluso a recuperar y repensar el uso de espacios de borde costero que han estado dominados por este tipo de instalaciones.
Fuente: Diario Financiero.