¿Qué hacemos para bajar la cuenta de la luz?

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Por Máximo Pacheco

Cuando recibo visitas en mi oficina, suelo hacer una pregunta: ¿Usted sabe cuánto pagó en su última cuenta de luz? Algunos responden con la cifra exacta, otros se excusan señalando que tienen pago automático por internet y no son pocos quienes reconocen que no dominan el presupuesto familiar. He planteado la misma interrogante en otros encuentros con el propósito de obtener comentarios más extendidos o espontáneos. Los resultados no han sido muy distintos. Pero hay algo que se repite, más allá de quién esté a cargo del pago: hay preocupación por el alza permanente en las cuentas de la luz.

Esta inquietud no puede extrañar en un país que tiene una de las cuentas de electricidad más caras de Sudamérica. En la última encuesta de Radio Cooperativa-Imaginaccion, más del 50% de los consultados califica al tema energético como de “máxima importancia”. Sigue ocupando un lugar inferior al lado de salud, educación o empleo, pero llama la atención que supere a infraestructura y minería, dos actividades muy ligadas al quehacer energético y que han permanecido por años en el inconsciente colectivo como justificación de su desarrollo.

Este nuevo posicionamiento de la energía se puede unir a que la cuenta de la luz se ha convertido en fuente de intranquilidad y motivo de pesadumbre para los chilenos. Era difícil que el alza de 30% experimentada en los últimos cinco años pasara inadvertida en los hogares y ya existe conciencia de que estas alzas van a continuar por algún tiempo.

Según la reciente encuesta de Mori, el 45% de sus consultados menciona el mal uso de la energía como factor relevante en el alza de la cuenta de la luz, otro 25% adjudica esta subida a la postergación en el envío de los decretos tarifarios por parte del gobierno de Sebastián Piñera y un 20% plantea que este fenómeno responde a la falta de construcción de centrales eléctricas.

La gente no está perdida respecto del origen del problema, aunque no acierte en las proporciones. ¿Ha causado daño la postergación de los decretos tarifarios decidida por la administración anterior? Sí y mucho. Sin embargo, también es importante afrontar, como país, las otras causas de esta alza implacable de la cuenta de la luz. A través de la Agenda de Energía, este gobierno ha dado pasos concretos para modificar el escenario. Y en este nuevo marco, levantado con la participación activa de la ciudadanía, estamos invitando a nuevos actores y también nuevas tecnologías, todos comprometidos con un libreto que apela a un futuro con una energía más sustentable, segura, inclusiva y económica.

Estos cuatro atributos por años se analizaron de manera casi excluyente, como si fueran parte de una receta cuyos ingredientes no se podían encontrar en Chile. Pero se podía romper la inercia. Sólo faltaba que el Estado retomara su rol articulador en pos del bien común. No hay otra forma de contener las alzas de las cuentas de la luz, como lo ha reconocido el mismo sector privado. Si queremos pagar menos por la electricidad, necesitamos más centrales de generación y también más líneas de transmisión. Requerimos también la presencia de más actores en el mercado que promuevan una mayor competencia. Todo esto tiene que estar acompañado de un mejor uso de la energía por parte de los hogares y de la actividad productiva.

En marzo de 2014, había 28 centrales eléctricas en construcción, equivalentes a 1.949 MW. En julio de 2015, tenemos 41 centrales en construcción, equivalentes a 3.862 MW y que significan una inversión cercana a los US$ 11.000 millones, a los que se deben sumar otros US$ 2.000 millones por las obras que se están desarrollando en el segmento de transmisión eléctrica, con más de 2.000 kilómetros de líneas. El 35% de estos proyectos de generación funcionarán con fuentes renovables como el viento, la radiación solar, el agua o la biomasa.

Queremos una energía que sea inclusiva y ayude al desarrollo de las familias que son vecinas de los proyectos. Es por ello que tantas comunas generadoras de energía celebran el proyecto de ley que enviamos recién al Congreso y que les permitirá, gracias a esta condición y al aporte que hacen al resto del país, obtener una baja en el precio de las cuentas de la luz para sus habitantes. No será más aceptable que haya comunas que paguen el doble que otras por el mismo consumo eléctrico.

La energía está ocupando un lugar importante entre las inquietudes de la familia chilena. Quisiéramos que esto hubiese ocurrido por un motivo que no fuera tan alarmante como las cuentas de la luz. Pero estamos a tiempo y hemos comenzado a revertir esta tendencia y también a recuperar una matriz energética más limpia y barata.

Fuente: La Tercera

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