Limitar el calentamiento global por debajo de 2 grados en el horizonte de 2100 conforme al Acuerdo de París es técnicamente factible, pero la temperatura subirá 2,7 grados sin nuevos compromisos y sin una acción política firme, según la Agencia Internacional de la Energía (AIE).
En su informe anual de perspectivas tecnológicas, publicado hoy, la AIE advierte de que con las políticas actuales y las anunciadas, las emisiones de dióxido de carbono (CO2, principales responsables del cambio climático) alcanzarán su máximo nivel a mediados de siglo, y en 2060 serán un 16 % superiores a las registradas en 2014.
Eso conduciría a un incremento de 2,7 grados de la temperatura global para finales de siglo, una evolución que haría improbable la estabilización del calentamiento, que podría seguir aumentando.
La AIE ve “técnicamente factible” limitar esa subida de la temperatura a 1,75 grados, el punto medio de la horquilla de entre 1,5 y 2 grados fijado por la comunidad internacional en el Acuerdo de París de diciembre de 2015, y del que el presidente estadounidense, Donald Trump, ha anunciado que su país se va a descolgar.
Pero al mismo tiempo, los autores del estudio avisan de que la brecha para lograrlo respecto a los esfuerzos actuales es “inmensa” y requiere “una aceleración a nivel global sin precedentes”.
Aseguran que “un despliegue rápido y agresivo de una cartera de tecnologías energéticas limpias” permite contemplar el escenario de un sistema mundial “neutro” en emisiones de CO2 en el horizonte de 2060.
Las medidas de eficiencia energética contribuirían con un 38 % a la reducción de las emisiones necesarias de CO2 y las energías renovables con un 30 %.
La importancia de las tecnologías de captura y almacenamiento de carbono (CCS, en sus siglas en inglés) sube de forma intensa si el objetivo de contener el cambio climático se hace más ambicioso.
Representaría un 14 % de los recortes de emisiones en el escenario para llegar a una subida global de 2 grados a finales de siglo, pero un 32 % para conseguir dejarla en 1,75 grados.
Para obtener esos 2 grados, las emisiones de CO2 de aquí a 2060 deberían ser alrededor de un 40 % inferiores a las que se producirán si no hay nuevas políticas y compromisos, y eso equivale a unas 760 gigatoneladas.
La AIE estima que extender la electrificación es clave para disminuir las emisiones de CO2, y que para cumplir con el objetivo de limitar a dos grados el calentamiento global el peso de la electricidad en la demanda energética final debería más que duplicarse.
También subraya que para alcanzar las metas de la comunidad internacional es “esencial” empezar a actuar rápidamente.
Por eso señala que el periodo que va hasta 2030 es “una ventana crítica” para reforzar la promoción de investigación que puede dar lugar a innovaciones y mejoras tecnológicas.
Fuente: La Tercera.