Es cosa de mirar alrededor para darnos cuenta sin mayor esfuerzo que estamos rodeados de plástico, ya sea en forma de botellas para contener agua o bolsas plásticas para cargar las compras del supermercado, entre otras variadas alternativas. La realidad no se muestra tan dura hasta que recurrimos a las cifras entregadas por el Ministerio del Medio Ambiente: los chilenos consumen más de 3.400 millones de bolsas al año, es decir, 386 mil por hora. Impresionante, ¿no? El problema es que las consecuencias energéticas y medioambientales de su producción excesiva y su bajo nivel de reciclaje afectan al planeta y, con ello, a nuestra calidad de vida.
Regulación de bolsas plásticas en Chile: la segunda Encuesta Nacional de Medio Ambiente reveló que el 88% de los consultados dice estar «muy de acuerdo» con que los municipios restrinjan el uso de bolsas de plástico, y un grupo de más de 51 comunas ya han regulado su uso. Sin embargo, un dictamen que emitió la Contraloría en noviembre de 2014, limita mayores cambios ya que señala que los municipios no tienen la facultad legal para “prohibir” el uso o entrega de bolsas plásticas. Por lo mismo, es de suma importancia tomar la iniciativa nosotros mismos y disminuir el uso de éstas o, simplemente, reemplazarlas por modelos reutilizables y/o biodegradables.
Gasto energético de plástico: no reciclar las botellas y bolsas de plástico, provoca daños irreparables a nivel medioambiental, especialmente al terminar en el océano como basura. No obstante, hay otro punto que muchas veces se nos olvida y que también representa una de las causas responsables de los efectos negativos del plástico en el medio ambiente: la energía que se consume en todo el proceso, desde su fabricación hasta llegar a las manos del consumidor.
El gasto energético en la fabricación de plástico y su conversión en botellas es enorme y mucho más considerable de lo que parece a simple vista. Según un estudio publicado en Environmental Research Letters, sólo en 2007 se usaron 3 millones de toneladas de tereftalato de polietileno para producir botellas, es decir, se necesitaron 50 mil millones de barriles de petróleo. ¡Es hora de tomar conciencia sobre el consumo de botellas de plástico!
Desechos plásticos llegan al mar: si las cifras de consumo de plástico te llamaron la atención, es probable que las 25 mil toneladas de plásticos anuales que se arrojan al mar desde Chile no te sean indiferentes. El principal problema es que el plástico es uno de los materiales que más tarda en degradarse- hasta 600 años -y, a medida que lo hace, se transforma porque se vuelve más pequeño y resulta ser alimento tóxico para especies marinas. Al fin de la cadena, somos los propios humanos quienes consumimos esas especies contaminadas.
El aporte de cada uno es indispensable y no sólo se reduce al reciclaje o reutilización de plástico, sino que también a un cambio de hábitos y hasta de conciencia al momento de comprar productos. ¡Únete al cambio y sé eficiente!
Fuente: Top-Ten