Tal como Uber y Airbnb han impactado fuertemente en los mercados de transporte y hotelería, al ofrecer servicios en que los usuarios comparten la infraestructura, en el área de energía surgen nuevas tendencias que apuntan al desarrollo de mercados locales de energías renovables, en los cuales personas comunes y corrientes podrán instalar por ejemplo, paneles solares en sus casas, y ofrecer a sus vecinos energía renovable, compartiendo los costos de la infraestructura para generarla. Los primeros pilotos ya se están realizando en Estados Unidos y Europa.
Matías Negrete y Daniel Olivares, investigadores del Instituto Sistemas Complejos de Ingeniería, han iniciado un trabajo de colaboración con científicos alemanes participando en el desarrollo de este nuevo mercado de la energía, determinando la definición del mercado, cuál es el producto que se transa, con qué frecuencia se hace, y cómo se fija el precio en que se transa, con miras de implementar sus investigaciones cuando en el mediano plazo, estos mercados lleguen a Chile.
¿Cómo es posible el desarrollo de mercados locales de energía cuando las barreras de entrada son tan altas?
En los sistemas eléctricos están surgiendo una serie de recursos distribuidos, por ejemplo, la gente pone paneles solares en sus techos o maneja vehículos eléctricos. A esto se suma que aparecen consumos controlables, en los que existe cierta flexibilidad sobre cuándo exactamente se produce el consumo de electricidad. Así se abre la puerta para que se formen transacciones bilaterales de electricidad entre pares a nivel de distribución, comprando energía renovable directamente a alguien del vecindario, o la energía almacenada baterías en vehículos eléctricos cuando hay episodios de apagón. Daniel Olivares explica: “Hoy nos encontramos ad-portas del nacimiento de una especie de internet de la energía, que es la noción de que la energía, e incluso cierta infraestructura eléctrica, se puede compartir o transar entre los distintos consumidores y generadores de forma descentralizada, con mínima intervención de intermediarios, sujeto a un cargo de infraestructura habilitante, como se hace con Uber o Airbnb. Nuestra idea es implementar esta nueva forma de mercado en comunas y vecindarios con alto potencial de desarrollo de generación distribuida. Por ejemplo, en la ciudad satélite de Maipú tu podrías tener una plataforma en el que podrías seleccionar entre distintos proveedores locales la energía que necesites durante el día de acuerdo a tus preferencias, lo que podría potenciar el desarrollo económico local. En un periodo de transición este tipo de mercados locales no tiene por qué reemplazar en un 100% al sistema actual, pero puede complementarlo”.
La principal motivación que da origen a estos mercados es que cada vez más, las personas y empresas están interesadas en consumir recursos generados localmente, pese a que no sea inicialmente la opción económicamente más rentable. Ya no es suficiente que existan más fuentes de energías renovables integradas en el sistema, ubicadas a cientos de kilómetros y que deben ser trasladadas hacia las distintas localidades, impactando en el medioambiente, sino que quieren fomentar la aparición de este tipo de energías en sus barrios. Estos mecanismos permiten pagar la inversión al vecino por poner paneles solares y no necesariamente al distribuidor. Al estar instalado en la comunidad este vecino puede vender energía y confiabilidad, asegurando que cuando hay corte de luz del sistema de distribución general, él puede abastecer a quienes pagaron el servicio.
¿Es posible que estos mercados locales surjan en Chile?
Según explica el investigador Matías Negrete, “con la masificación de los vehículos eléctricos en el mundo, que en Chile se espera que se de en 8 o 10 años, se da un gran impulso a los mercados locales porque aparecen los consumos flexibles de energía. No hay que olvidar que un sistema de energía debe equilibrar constantemente la generación y el consumo. Esto es un desafío mayor para las energías renovables, ya que los recursos naturales no siempre están disponibles. Los autos eléctricos, que pueden cargar y descargar sus baterías rápidamente en función de la necesidad del balance, permiten compensar localmente las variaciones de generación de fuentes renovables, ayudando así a la estabilidad del sistema. En este escenario, creemos que los mercados locales tendrán un gran potencial de desarrollo país, sobre todo considerando los altos niveles de radiación solar y el consecuente potencial para la generación solar distribuida”.
Fuente: Revista Energía.