Desde que asumió su cargo, el 11 de marzo, el ministro de Energía, Máximo Pacheco, aclaró cuál sería su principal objetivo: detener la escalada alcista de los precios de la electricidad -en un verdadero rally desde que se desató la crisis del gas, en 2006- y reducir los precios de las licitaciones de energía, para morigerar las anunciadas y temidas alzas de las cuentas domiciliarias.
Pacheco nunca habló de bajar las tarifas, pues en el actual escenario eso no es posible.
En la Agenda Energética, documento presentado en mayo, Pacheco fue más allá y se comprometió a reducir los costos marginales en 30% a 2017, lo que incluso fue cuestionado desde la propia industria que veía que esa meta, en un escenario de fomento al más caro GNL -no se preveía por entonces el derrumbe de los precios del petróleo- sería inalcanzable.
Pero hasta ahora las cifras le han ido dando la razón a Pacheco y a su equipo. La primera buena noticia fue el resultado de la última licitación de suministro para las distribuidoras del SIC, en la que los precios se redujeron un 20% considerando los US$130 por MWh versus US$107 por MWh del último proceso de 2013, a lo que sumó que se llegó a cubrir casi el 90% de los requerimientos.
La segunda buena noticia la darán, apenas termine 2014, los costos marginales.
Este indicador, que refleja el costo de la producción de la última unidad de electricidad en el sistema -y que es el valor al que se transa la energía entre generadoras y al que se indexan varios contratos entre generadoras y clientes libres- se redujo en 12,2% entre 2013 y lo que va de 2014, quedando apenas nueve días para completar la estadística, por lo que no debería haber mayor variación.
Entre el 1 de enero y el 20 de diciembre de 2014, el promedio de los costos marginales en la barra Quillota 220 kV llega a US$130,5 por MWh, versus los US$148,6 por MWh del año anterior, cuestión que se explica, entre otras razones, por el aumento de la producción hidroeléctrica -que es una de las más baratas del sistema- y la arremetida de la producción renovable eólica y solar.
Se trata, además, de una cifra baja para lo que se venía observando en los últimos años, y la menor desde que se desató la crisis del gas hace ya ocho años.
Entre los expertos eléctricos hay optimismo no sólo por estos resultados, sino que también porque observan un cambio de clima entre los inversionistas, que están planteando nuevos proyectos.
Sin embargo, varios de ellos están en etapas muy preliminares y sobre nuevas centrales de potencia firme las noticias son escasas: en el SIC sólo se está construyendo la central Los Cóndores (150 MW), Alto Maipo (531 MW) y Guacolda V (152 MW). Poco, si se considera que el país requerirá unos 800 MW adicionales cada año para hacer frente al aumento de la demanda. Es este déficit el desafío que, se espera, el Ejecutivo enfrente en 2015 para derribar las trabas a la inversión y permitir que surjan nuevas iniciativas de este tipo.
Balance positivo
“2014 fue un año muy bueno. El resultado de las licitaciones es bastante positivo, porque se logró bajar el precio de las ofertas que se recibieron. En primer término gracias a la incorporación de las ERNC, aunque es una baja proporción, pero igual ayuda. También en lo que destaca es la presencia de nuevos actores, como la gente del proyecto Bío Bío Genera, y el grupo Suez que incursiona con mayor fuerza en el SIC. Eso es súper bueno desde la perspectiva de la competencia, lo que a la larga hace bajar los precios”, explica María Isabel González, ex secretaria ejecutiva de la CNE y gerenta general de la consultora Energética.
En relación con la baja de los costos marginales, agrega que esto se relaciona directamente con los niveles hidrológicos y el menor uso de petróleo diésel, que marca los peak de costos en el sistema.
“Si es un año hidrológico bueno no hay necesidad de usar las centrales a diésel, que encarecen la operación del sistema. En ese contexto es importante que sean centrales eficientes las que den el último KWh. Sin embargo, también vamos a tener un efecto positivo con los precios del petróleo. Si alguien va a usar diésel o petróleo pesado igual será más barato, eso es lo que se prevé”, añade.
“En general, la apreciación que existe es buena. Esto principalmente por la licitación reciente y la entrada de nuevos actores con los proyectos que vienen. Me parece que esto es muy positivo. Creo que se debe principalmente a mayor confianza que tienen los actores o inversionistas del sector respecto a señales que han estado viendo de parte de la autoridad. En general, esa confianza se debe al apoyo que aparece detrás de determinados proyectos que son importantes, como Alto Maipo”, complementa el socio de Synex, Renato Agurto.
¿Qué se espera para 2015?
El director del Centro de Innovación en Energía de la U. Adolfo Ibáñez, Carlos Silva, plantea que el sector energético continuará consolidando su recuperación en base a los objetivos de la Agenda Energética, con un incremento de la oferta tanto de la mano de proyectos convencionales como de renovables.
Sin embargo, cree que es necesario moderar las expectativas. “Este incremento continuará presionando a la baja los precios. Sin embargo, no se espera que esta baja se traduzca en menores precios a los consumidores en el corto plazo, debido a la inercia que tiene el sector por los mecanismos de licitaciones”.
Aún con ello, Silva ve espacio para que los costos marginales sigan bajando. “Sin duda que aun hay mucho espacio para bajar los costos marginales, en especial en el SIC, que tiene una base de comparación muy alta. Hay que recordar que el SING tiene costos mucho más moderados. En este punto existe un desafío adicional para el ejecutivo. En duda existe el convencimiento de que es positivo para el sistema la inclusión de mayores porcentaje de ERNC, sin embargo, los precios altos fueron el gran motor para el desarrollo de las renovables, sobretodo en el norte del SIC”, puntualiza.
Fuente: Pulso